miércoles, 28 de abril de 2010

Clasilidad


Y tras una dura semana, llena de tensión y nervios, finalmente todo salió como debia salir, ¡no puedo quejarme!.
Cuando digo dura es por el volcán que tan de moda está, gracias al cual estuve hasta el miércoles por la tarde con la duda de si podría volver a las castillas este fin de semana o no, y eso es lo peor... ver como se van suspendiendo vuelos y no saber hasta el último momento si el tuyo saldrá o seguirás atrapado en la isla.
Dada esta duda comencé a buscar otras opciones de vuelta, que ya aprovecho a comentar por si alguno no es muy amante de los vuelos.
Está la opción autobús, pasando por París y 28 horitas de nada después llegando a la capital, intento imaginarlo y tiene que ser un placer extremo, algo que casi querrías hacer tres veces por semana ( no hay que abusar, que al final te cansas).
El barco tampoco se queda atrás ya que compone tres horas de London hasta Portsmouth, un día hasta Santander o Bilbao y luego autobús o tren hasta el destino elegido, vamos día y medio de viaje cuanto menos.
El Eurostar ( el tren que va de Londres a Paris cruzando el Eurotunel) solo tarda dos horas y media, pero no es todo tan bonito... aún quedaría la bonita cifra de 12 horas en tren.
Por suerte, no hizo falta tirar de estas opciones ya que, como he dicho al principio, el miércoles por la tarde todo comenzó a ir como la seda.
Tras una comida patria ( morcilla, jamón y queso) con el amigo limeño para ir cogiendo fondo para el finde llegó lo que iba a ser una tranquila cena con amigos... tortillas de patata, unas yonkilatas, varios italianos, un par de somoserrenses y algún que otro descarriado lo conviertieron en justo la noche que necesitaba, algo que me hacía irme con las ganas justas para volver.

Y llegó el jueves, día de vuelta temporal a casa, afrontando el viaje con muchas ganas de ver a mucha gente, lo único que al final echo de menos.
Tras unos momentos de tensión debida a que el autobús de London a Gatwick ( el aeropuerto) cogió un atasco de los buenos y casi no llego a embarcar, sin casi pensar estaba viendo las luces nocturnas de Madrid.
Lo primero que sentí al bajarme del avión fue una mezcla de olor familiar ( sí, cada ciudad huele distinto, quizá sea cosa mía) y un momento de bajón, que pasó en cuanto recordé que en solo unos días estaría de vuelta en la city, aún no quiero volver definitivamente a la urbe castellana.
Aunque no suela decirlo, también echo de menos a mis padres, por lo que me alegró verles allí, pero al fin y al cabo hacía poco más de un mes que habían venido a verme.
Otra cosa que también echaba de menos era conducir, algo que me encanta, aunque la primera rotonda que tomé estuve a punto de hacerla al revés, cosas del subconsciente.
La noche fue inmejorable, cena con los amigos de toda la vida, con los que tanto he compartido.
Me alegró verles tan bien, notar que las vidas siguen, que cada uno vamos buscando nuestro sitio poco a poco, pero que las buenas personas perduran cerca ( y las malas lejos, espero).

El viernes fué un día de fusión: lugar nuevo, la misma gente, un placer por supuesto.
Comenzó con una visita exprés del amigo ciclista, corta pero necesaria para ponerme al día de su vida, como ya te dije ¡la próxima cerve en London!.
Tras ese agradable rato, encaminé al extrarradio donde debía encontrarme con un grupo de buena gente para encaminarnos a ese lugar todavía desconocido, la vuelta al mundo rural que también extraño.
El guetto al igual que mi vida va desechando lo que no es necesario, lo que solo provoca malas sensaciones, quizá sea una criba natural.
Aún así se echaron en falta a dos personas, solo espero que vuestra ausencia haya servido para aprobar el exámen, ¡pero ya os digo que de la próxima no os librais!.
Dos días muy agradables, llenos de risas, de mi rencuentro con la gente que extraño y con el ron ( el Teacher´s me espera aquí), de barbacoa, del sol, de las largas charlas, de poder volver a jugar con las palabras y que la gente me entienda... en definitiva una vuelta a mi vida pre - London.
Por muy a gusto que esté aquí, momentos como cruzar un río de agua helada por la simple frase "A que no hay huevos a...", echar una carrera de pingüinos en medio de la noche o perderse en medio de una carretera sin tener ni idea de dónde te diriges no tienen precio.

Aunque este año no haya podido ser, el espíritu de Villalar ha prevalecido en mi e incluso me he sentido por momentos allí.
Los pequeños detalles como poder hablar por teléfono con un buen amigo baterista sin dejarme media vida en la factura o ver que se acuerdan de mí por una simple foto enviada se agradecen, es más, tocan la patata.
Y qué mejor final para mi visita relámpago que unas cañas en una terraza carabanchelera con otro grupo de gente a la que también echo de menos, gente que tuvo la desgracia de toparse con las inclemencias volcánicas hace tan solo una semana, gente a la que deseo lo mejor ya que en los momentos duros uno se da cuenta de quien vale la pena, y ellos no han dejado de estar ahí ( momento patata again).

Pero la vida sigue, este es mi sitio ahora y como en todos los sitios, simpre hay novedades: hoy hemos limpiado la zaburda.
No es que nos haya dado un sincope ni que no se pudiera pasar entre la mierda ( usando un palo aún se podía hacer camino), si no que hoy venía nuestro landlord ( el casero).
Un tipo muy peculiar, que cualquier persona que haya visto cine inglés ( "Lock Stock & Two smoking barrels", por ejemplo) facilmente pondrá cara.
Un hombre de unos 50 años, cabeza rapada, brazos llenos de tatuajes, con pinta de hooligan y un acento inglés de clase media que no hay dios que entienda.
Aún así, la zaburda ha pasado la prueba, nuestra salud lo agardecerá.
Y ya para terminar tengo novedades para los fans de Willy Wonka ( el japonés peculiar): hoy me ha dicho que estaba casado y que hace un mes se divorció, pero que aún sigue viviendo con la esposa, él me lo ha definido como "una situación complicada".
Andaba un poco fastidiado el hombre, pero estoy seguro que sus zuecos y susbotas de montar a caballo fashion le ayudarán a recuperar el ánimo.

En resúmen, unos días con clase y calidad, en una palabra: Clasilidad.

Foto: Los últimos supervivientes, antes de cuzar el ría
Sonando: Nostalgia (Savia)

3 comentarios:

  1. joeee Javii!!!! como te examos de menos!!!! este finde en ca la Belendel ha sido la ostia!!! la proxima este veranete en la Zaburdaa eh!? que no te vas a librar del ghetto tan facilmente!!!

    un beso!!!

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  2. joooo q lo acabo de leer...q soy maria, sq stoy my estresá y t e leido tarde, xo sacaré tiempo xa seguir leyendote q m rio un monton...q me jodio no verte xo era imposible ir...la prxim vez q vngas si a t veo,eh!!x cierto, muy de acuerdo kn lo de la criba...un besete y cuidatee!!

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  3. Lo bueno prevalece, lo mediocre siempre se queda atras... XD
    Me alegro de que lo pasaras tan bien, siento no haber compartido contigo el placer de comer morcilla, llamame escrupuloso si kieres... jejejeje...
    Lo de Willy Wonka es genial... Pero realmente se parece??? Es que ya hay ganas de ponerle cara... Un abrazo tio y a seguir bien!

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