miércoles, 28 de abril de 2010

Clasilidad


Y tras una dura semana, llena de tensión y nervios, finalmente todo salió como debia salir, ¡no puedo quejarme!.
Cuando digo dura es por el volcán que tan de moda está, gracias al cual estuve hasta el miércoles por la tarde con la duda de si podría volver a las castillas este fin de semana o no, y eso es lo peor... ver como se van suspendiendo vuelos y no saber hasta el último momento si el tuyo saldrá o seguirás atrapado en la isla.
Dada esta duda comencé a buscar otras opciones de vuelta, que ya aprovecho a comentar por si alguno no es muy amante de los vuelos.
Está la opción autobús, pasando por París y 28 horitas de nada después llegando a la capital, intento imaginarlo y tiene que ser un placer extremo, algo que casi querrías hacer tres veces por semana ( no hay que abusar, que al final te cansas).
El barco tampoco se queda atrás ya que compone tres horas de London hasta Portsmouth, un día hasta Santander o Bilbao y luego autobús o tren hasta el destino elegido, vamos día y medio de viaje cuanto menos.
El Eurostar ( el tren que va de Londres a Paris cruzando el Eurotunel) solo tarda dos horas y media, pero no es todo tan bonito... aún quedaría la bonita cifra de 12 horas en tren.
Por suerte, no hizo falta tirar de estas opciones ya que, como he dicho al principio, el miércoles por la tarde todo comenzó a ir como la seda.
Tras una comida patria ( morcilla, jamón y queso) con el amigo limeño para ir cogiendo fondo para el finde llegó lo que iba a ser una tranquila cena con amigos... tortillas de patata, unas yonkilatas, varios italianos, un par de somoserrenses y algún que otro descarriado lo conviertieron en justo la noche que necesitaba, algo que me hacía irme con las ganas justas para volver.

Y llegó el jueves, día de vuelta temporal a casa, afrontando el viaje con muchas ganas de ver a mucha gente, lo único que al final echo de menos.
Tras unos momentos de tensión debida a que el autobús de London a Gatwick ( el aeropuerto) cogió un atasco de los buenos y casi no llego a embarcar, sin casi pensar estaba viendo las luces nocturnas de Madrid.
Lo primero que sentí al bajarme del avión fue una mezcla de olor familiar ( sí, cada ciudad huele distinto, quizá sea cosa mía) y un momento de bajón, que pasó en cuanto recordé que en solo unos días estaría de vuelta en la city, aún no quiero volver definitivamente a la urbe castellana.
Aunque no suela decirlo, también echo de menos a mis padres, por lo que me alegró verles allí, pero al fin y al cabo hacía poco más de un mes que habían venido a verme.
Otra cosa que también echaba de menos era conducir, algo que me encanta, aunque la primera rotonda que tomé estuve a punto de hacerla al revés, cosas del subconsciente.
La noche fue inmejorable, cena con los amigos de toda la vida, con los que tanto he compartido.
Me alegró verles tan bien, notar que las vidas siguen, que cada uno vamos buscando nuestro sitio poco a poco, pero que las buenas personas perduran cerca ( y las malas lejos, espero).

El viernes fué un día de fusión: lugar nuevo, la misma gente, un placer por supuesto.
Comenzó con una visita exprés del amigo ciclista, corta pero necesaria para ponerme al día de su vida, como ya te dije ¡la próxima cerve en London!.
Tras ese agradable rato, encaminé al extrarradio donde debía encontrarme con un grupo de buena gente para encaminarnos a ese lugar todavía desconocido, la vuelta al mundo rural que también extraño.
El guetto al igual que mi vida va desechando lo que no es necesario, lo que solo provoca malas sensaciones, quizá sea una criba natural.
Aún así se echaron en falta a dos personas, solo espero que vuestra ausencia haya servido para aprobar el exámen, ¡pero ya os digo que de la próxima no os librais!.
Dos días muy agradables, llenos de risas, de mi rencuentro con la gente que extraño y con el ron ( el Teacher´s me espera aquí), de barbacoa, del sol, de las largas charlas, de poder volver a jugar con las palabras y que la gente me entienda... en definitiva una vuelta a mi vida pre - London.
Por muy a gusto que esté aquí, momentos como cruzar un río de agua helada por la simple frase "A que no hay huevos a...", echar una carrera de pingüinos en medio de la noche o perderse en medio de una carretera sin tener ni idea de dónde te diriges no tienen precio.

Aunque este año no haya podido ser, el espíritu de Villalar ha prevalecido en mi e incluso me he sentido por momentos allí.
Los pequeños detalles como poder hablar por teléfono con un buen amigo baterista sin dejarme media vida en la factura o ver que se acuerdan de mí por una simple foto enviada se agradecen, es más, tocan la patata.
Y qué mejor final para mi visita relámpago que unas cañas en una terraza carabanchelera con otro grupo de gente a la que también echo de menos, gente que tuvo la desgracia de toparse con las inclemencias volcánicas hace tan solo una semana, gente a la que deseo lo mejor ya que en los momentos duros uno se da cuenta de quien vale la pena, y ellos no han dejado de estar ahí ( momento patata again).

Pero la vida sigue, este es mi sitio ahora y como en todos los sitios, simpre hay novedades: hoy hemos limpiado la zaburda.
No es que nos haya dado un sincope ni que no se pudiera pasar entre la mierda ( usando un palo aún se podía hacer camino), si no que hoy venía nuestro landlord ( el casero).
Un tipo muy peculiar, que cualquier persona que haya visto cine inglés ( "Lock Stock & Two smoking barrels", por ejemplo) facilmente pondrá cara.
Un hombre de unos 50 años, cabeza rapada, brazos llenos de tatuajes, con pinta de hooligan y un acento inglés de clase media que no hay dios que entienda.
Aún así, la zaburda ha pasado la prueba, nuestra salud lo agardecerá.
Y ya para terminar tengo novedades para los fans de Willy Wonka ( el japonés peculiar): hoy me ha dicho que estaba casado y que hace un mes se divorció, pero que aún sigue viviendo con la esposa, él me lo ha definido como "una situación complicada".
Andaba un poco fastidiado el hombre, pero estoy seguro que sus zuecos y susbotas de montar a caballo fashion le ayudarán a recuperar el ánimo.

En resúmen, unos días con clase y calidad, en una palabra: Clasilidad.

Foto: Los últimos supervivientes, antes de cuzar el ría
Sonando: Nostalgia (Savia)

sábado, 17 de abril de 2010

El efecto mariposa


El "efecto mariposa" es un concepto que hace referencia a la noción de sensibilidad a las condiciones iniciales dentro del marco de la teoría del caos.
La idea es que, dadas unas condiciones iniciales de un determinado sistema
caótico, la más mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione en formas completamente diferentes.
Sucediendo así que, una pequeña perturbación
inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande.

Y ¿por qué comenzar la entrada de hoy citando la wikipedia?, tiene una respuesta sencilla: hoy he comprendido ( y sentido) este efecto.
No todo va a ir bien siempre, y se da el caso de que cuando algo sale al revés, el efecto antes nombrado hace que todo poco a poco se desmorone, como un castillo de naipes o la seta con la que hacemos malabares.

Como adelanté en mi anterior entrada, el fin de semana pintaba mejor que bien, visita de buenos amigos que echaba ( y sigo echando) de menos, London soleada... no me podía quejar.
Las previsiones volcánicas eran malas, no lo voy a negar, pero la lógica me hacía pensar que eso cambiaría para el sábado ya que tener incomunicado un punto como es Londres, con la cantidad de viajeros/día y escalas que tiene sería un caos excesivo.
Pero me equivoqué.
El viernes por la noche recibí la mala noticia: su vuelo había sido cancelado, y con él el fin de semana se convertía en dos días más, rutinarios, sin plan interesante.
Bueno miento, una prueba de trabajo de la que hablaré a continuación.
Pero de ocio nada, todos los planes que tenía se habían ido al traste gracias al famoso volcán islandés ( no tenía días para zurrarse, no, tenía que ser ahora...).
La noche trajo una ligera mejora, la última russian party por un tiempo, esta gente empieza sus exámenes por lo que en mes y medio no habrá más noches que recordar, aparcamos al señor Teacher´s y a las charlas multilingüisticas de cocina.
Una noche buena que sirvió para animarme un poco, con momentos bastante cómicos a la par que extraños...
Quién me diría a mi que venía a London para traducir canciones de tanta calidad como "La Bomba" de King Africa, "Volare" de los Gipsy Kings, "Bailamos" de Enrique Iglesias ( alias "un monumento al autotune") o la mejor de todas sin duda: "Papi chulo" de artista ( por llamarle de alguna manera) desconocido.
Exportamos lo mejor, un gusto.
Y digo cómico porque traducir: "Papi chulo ven a mi, te gusta el mmm" no es facil, os lo aseguro y menos aún conseguir que tenga sentido en otra lengua cuando llevas varias copas del tan preciado elixir.
De todos modos una buena noche que me hizo enfrentarme con ganas a la prueba de trabajo y animarme respecto al finde, otra vez será, ¡os espero!.

Para narrar la historia de la prueba de trabajo debo remontarme al pasado martes, cuando recibí una llamada a mi movil dejando un mensaje en el contestador.
Resulta que uno de los múltiples curriculums que he echado por toda la ciudad y parte de la red de redes había dado su fruto ya que querían hacerme una entrevista.
Con la idea de concretar una fecha llamé al susodicho y me encontré con una entrevista telefónica de veinte minutos con preguntas tales como: "¿Por qué un ingeniero de sonido quiere trabajar de camarero?" o "¿Qué comida te gusta más?", a las que respondí con una sorprende facilidad, diciendo principalmente tonterias generales, sin meterme en camisas de once varas.
Y resultá que funcionó y me citaron para una segunda entrevista el jueves, ya en uno de los restaurantes de la cadena, con lo que mi ánimo aumentó notablemente, por fin empezaban a surtir efecto las largas caminatas y las impresiones masivas de curriculums.
El jueves madrugué bastante ( debía estar en el restaurante a las 9, y no esta cerca de la zaburda...) y fui encamisado a la entrevista, tras soltarnos el rollo corporativo tuve que esperar cerca de una hora hasta que llegó mi entrevista personal.
Una vez más preguntas raras ( aqui les encanta el rollo de perfil psicológico para todo) y una vez más respuestas generalistas por mi parte.
Parece que funcionó ( me apunto el truco) ya que esa misma tarde me llamaron para ir a hacer un turno de prueba de 4 horas en otro de los restaurantes de la cadena el sábado.

Y tras la última russian party llegó el día en el que yo esperaba conseguir un trabajo al fin, pero no fue así.
Como dicta la teoría que hoy da nombre a la entrada de hoy, un acto desencadena otros.
La decepción debida al volcán dió paso a la decepción del trabajo, situación surrealista cuanto menos.
Con cuatro escasas horas de sueño a mis espaldas me desplacé a Canary Wharf, la ciudad ejecutiva que nunca duerme, ni siquiera un sábado.
Tras 45 minutos buscando el restaurante entre esa jungla de rascacielos de cristal, espejos y trajeados con prisa, conseguí encontrarlo llegando incluso un cuarto de hora antes de lo debido.
La prueba en cuestión no lo fue ya que todo acabó antes de empezar...
Entré y pregunté por la manager del local, tal y como me habían dicho.
La mujer ( o bicho, elegid vosotros el calificativo) me dijo que no, que no esperaban a nadie para un turno de prueba.
Tras superar mi asombro, le pedí educadamente que por favor llamara a la central ya que ellos me habían dicho que fuera ese día a esa hora a hablar con esa persona.
En ese momento saltó como un resorte comenzando a gritar que ella era la máxima autoridad de ese local ( parece que ser el manager de un restaurante dentro de una cadena cobrando 7.5 libras la hora provoca delirios de grandeza) y que yo no era nadie para cuestionar lo que ella dijera, seguido de varias faltas de respeto hacia mi persona.
Intenté mantener la educación, pero me fué completamente imposible ante ese tipo de engendro, al que yo no debo nada, ni respeto como ella demostró.
Cuando por fin paró de gritar ( supongo que para tomar aire y continuar la retahila de tonterias varias) aproveché para responderle en su lengua materna con un simple "Fuck you".
Parece que no le sentó excesivamente bien ya que su tono de piel pasó de cangrejo a rojo intenso, continuando los insultos y descalificaciones hacia mí.
Ya que no parecía querer escuchar lo que yo decía decidí tomar ejemplo de ella y responder en mi lengua mandandole a zurrir mierdas con un látigo y varias cosillas más en castellano.
Esto le desconcertó del todo y aproveché el parón de su discurso para despedirme con un simple "bye" y salir con la cabeza alta del local.
Vale que no este optando a los mejores puestos de la sociedad londinense pero no estoy dispuesto a permitir esas faltas de respeto por el sueldo mínimo.
La explotación ( mobbing, que tanto gusta ahora) para ella, que la disfrute.
Con ello el fin de semana llegó a su punto más bajo ya que no hay cosa que odie más que perder el tiempo ( parece que los time wasters son internacionales), y más aún tres veces

"Desde lo peor del fango ya solo puedo ir a mejor" como decía el extinto grupo, y tampoco les falta razón, en este caso gracias al compañero somoserrense que se ha encargado de sacarme de casa demostrando lo que es un buen amigo.
Esa misma tarde tocó visita a un pub, charla animada con dos somoserrenses, un par de pintas y posterior visita al supermercado para tomar provisiones.
Aquí los supermercados tienen la sana costumbre de al llegar las 8, rebajar todos los productos que van a caducar al día siguiente sustancialmente ( bollos a 9 peniques, carne a 1 libra...).
Sí, me siento un poco homeless con esto pero estamos en modo ahorro, es lo que hay.

Hoy domingo agradable, quizá el mejor desde que llegué a la isla, descubriendo un parque, mejor dicho EL parque.
Recordareis que un día os hablé de la Parliament Hill, una colina desde la que se veía gran parte de la city, pues pertenece al mayor y menos urbanizado parque de London: Hampstead Park ( el parque de los hamsters...).
El modo lagarto es común a todos los ingleses, si sale un poco el sol los parques se llenan de gente de picnic, tiradas en el césped disfrutando de este bien tan preciado overseas.
Y hoy con más razón, ha hcho un día casi veraniego, de pantalón corto y manga corta ( gente en el parque incluso en bañador tomando el sol, quizá algo excesivo).
El lugar en cuestión es inmenso, con varios lagos (en uno incluso esta permitido el baño, ya lo cataré), un bosque y otras tantas laderas donde tumbarse y no pensar, justo lo que necesitaba.

Y con esta imágen tan bucólica me despido, encerrado en la isla a saber por cuanto tiempo.
Supuestamente tengo un vuelo para el jueves ( el fin de semana completo de compromisos sociales) pero quien sabe si podré tomarlo...

Foto: Gente tostandose al sol de Hampstead Park
Sonando: This suffering (Billy Talent)


miércoles, 14 de abril de 2010

Cortes de pelo y Beigels


Las cosas más básicas es lo que más echo de menos por estos lares, pero aún así todo es acostumbrarse.
Estas últimas semanas se podrían comparar al juego de la oca, visita tras visita y como he sacado un 6 vuelvo a tirar, pero que quede claro, ¡no me quejo!.

La semana pasada tuvimos la agradable visita de las mozas fiorentinas, tiempo de turismo, tiempo de risas e incluso alguna que otra pinta, no se puede pedir más.
Me ayudaron a superar mi trauma con el Subway, he visto que es posible (que no probable) entender lo que dicen estos dependientes escogidos tan selectivamente entre los pakistanies más hábiles del lugar.
Gente que cuando te habla no sabes si te estan preguntando si quieres cebolla o patatas, para ellos todos las palabras son iguales, o al menos para mi oido.
Dada la grandiosa calidad de sus bocadillos, es una gran perdida no entrar a este tipo de establecimientos y disfrutar de su pan blando y comidas precocinadas...

Pero sin darme casi cuenta llegó una vez más el fin de semana, con otra de las famosas Russian parties el viernes.
Todo comenzó de la mejor forma posible, aquí es costumbre que los invitados traigan la bebida a las fiestas en casa ajena, y las amigas rusas trajeron dos botellas del señor Jack Daniel´s.
Como imaginareis, se nos iluminaron los ojos, acostumbrados al paladar afrutado del Teacher´s, wiski que de bueno que es da igual con qué refresco lo mezcles que sabe a lo mismo (un gustazo disfrutar de su buen sabor).
Todo siguió el ritmo natural, una fiesta muy digna podría incluso decir, hasta que de repente todo cambió radicalmente, es lo que tiene la mente femenina, esa gran desconocida.
Sin entrar a dar más datos, puedo decir que era practicamente de día y que por circunstancias ajenas, y tras escuchar una gran discusión en ruso (sé decir 8 palabras, no llego a entender de qué hablaban porque no incluían ninguna de las que conozco), dos de ellas no tenían donde dormir.
Como buenos gentlemen que somos les ofrecimos quedarse en nuestra casa, no estaba el horno para bollos así que la fiesta no tuvo final feliz, ya vendrán mejores.

Tras ese extraño final sentí que el sábado debía salir, y por suerte recibí la llamada del amigo limeño para ir a ver el partido (ni sabía que jugaban la verdad), y dado que él apoyaba al barça, y a mi me daba absolutamente igual, decidí apoyar al mismo team.
Un bar portugués repleto de spanish people, varias cervecillas para hacer más interesante el partido y antes de darme cuenta, ya había terminado.
Y aquí quiero hablar de una cena típica londinense, que fué la que me llevó este señor a probar, deliciosa.
Estoy hablando de los "Beigels" (o "Bagels"), comida rapida a la par que casera oriunda del norte de Brick Lane, entre Aldgate y Liverpool St.
Son una especie de donuts de pan casero rellenos con una de estos dos opciones: salmón y queso o roast beef.
Siendo carnívoro, me lancé por el de ternera y tengo que decir que tras superar el shock inicial (le echan una mostaza bastante fuerte) me encantó, algo no muy caro, sabroso y rápido (como no, la tienda está abierta toda la noche), muy recomendable.

Como adelantaba con la primera frase de esta entrada, las cosas más simples son las que más se echan de menos, por ejemplo un simple corte de pelo.
Mis melenas estaban en posición rebelde, hiciera lo que hiciera al salir de la ducha no había forma humana de no parecer alfalfa.
Por ello tomé la decisión de buscar una peluquería, la más barata a ser posible, que no está la economía para jugar.
Encontré una peluquería regentada por un turco, a buen precio y allá que fuí.
Primer momento complejo: explicarle como quería que me cortara el pelo, no creais que les entra en la cabeza que no deben cortar las lolas (la coleta, para los que entiendan lolas en otro sentido...).
Pero lo conseguí, me cortó el pelo más o menos bien (me ha dejado un poco de tupé, pero no me veia con fuerzas de explicarle de nuevo las cosas, por lo que pudiera pasar), hasta que llegó uno de los momentos más extraños que he vivido en London.
Tras terminar el corte observo por el rabillo del ojo como el turco coge un bastoncillo de los de limpiar la cera del oído, le echa cierto líquido desconocido (opino que era alcohol) y seguidamente le prende fuego.
Al ver que se acercaba un turco puesto de té hasta los pechos (se tomó 2 o 3, solo durante mi corte de pelo) con esa mini-antorcha me imaginé lo peor... la teína ablanda el cerebro y este hombre lo debía tener cual gelatina.
Pero no fue para tanto, simplemente me golpeó dos veces en cada oreja con este improvisado fuego y lo apagó.
La única teoría que me parece factible es que sirva para quemar los pelos de las orejas, tratandome como un viejuno cualquiera, aún con todo esto, fue barato y medianamente digno así que ya tengo peluquería de confianza.

La primavera poco a poco va llegando a Hackney, se nota en el clima, en los árboles y especialmente en mí mismo.
Me siento activo, con ganas de descubrir London, de trabajar duro para llegar a donde quiero llegar.
Empiezo a saber lo que quiero, solo necesito encontrarlo, pero para ello estoy aqui, muchas opciones, distintos caminos, pero el mismo fin.
El plan sigue su curso, poco a poco, lento a la par que inseguro, solo queda esperar.

En tres dias llegan visitas, y no cualquiera, sino la de algunas de las personas que más echo de menos, va a estar bien estoy seguro, de esto sí.

Foto: Beigel´s shop en Brick Lane
Sonando: The rest of my life (Less Than Jake)

martes, 6 de abril de 2010

Primera fase: Acomplished

Dado que ultimamente no me sobra el tiempo para escribir, y realmente quiero hacerlo, he tomado la decisión de que cuando lo haga lo haré bien, con una entrada de estas largas que tan de moda andan.
Y como me gustó el concepto de dividir por capítulos la entrada (vease la anterior), voy a repetir el concepto, ¡que para algo soy yo el que escribe!

Capítulo 1: Los rincones ocultos

Lo primero que quiero hacer es dar una buena nueva: la zaburda pasó el control de calidad.
La visita de mis padres fue realmente agradable, aunque no lo parezca echo de menos muchas cosas de las castillas, bueno mas que cosas, la gente.
Al fin y al cabo el sol o la comida no tienen la misma importancia que la gente que me importa, pero para conseguir algo mejor siempre hay que hacer sacrificios, esto es así.
No tengo la intención de desgranar punto por punto la visita, así os "obligo" a venir para verlo, aunque tambien se da el caso de que lo que para mí sean los mejores puntos de esta inmensa urbe, para vosotros pueden ser nada más que un lugar donde hacer la foto de rigor, nunca se sabe.
Pero siempre se descubre algo nuevo aquí, cada día sin falta, y si el amigo limeño tiene razón, incluso se redescubren pasado un tiempo.

Antes de narrar uno de los días de la visita ya nombrada, el que más me sorprendió, me veo en la obligación de explicar los diferentes transportes públicos londinenses.
Aparte de la basta red de autobuses (tanto los típicos de dos pisos como los oruga) diurnos y 24 horas y la red de metro (AKA underground o tube) la cual tienen la bendita manía de cerrar estaciones al azar los fines de semana por "labores de ingenieros de mantenimiento" haciendo imposible saber donde acabarás si tomas uno de estos un viernes, sábado o domingo cualquiera, tenemos tres tipos más: la red de trenes, el barco y el DLR.
La red de trenes regionales se puede coger con el mismo billete que se usa para los tranportes habituales siempre y cuando te dirijas a las zonas de London (vamos, sin salir de los límites municipales).
En cuanto al barco hay que decir que sólo hay una línea que dada su rapidez, está más destinada al turismo que otra cosa.
Cruza y recruza el Támesis desde el Centro-Este de la city hasta el Centro-Oeste, curioso si hace sol, una putada si llueve (tiene parte cubierta, pero quieras o no te mojas).
Finalmente DLR son las siglas de Docklands Light Railway (tren ligero de los muelles, asi a ojo), y se trata de unos trenes sin conductor que van por la superficie, recorriendo el este y el sureste, por ello tambien son denominados Overground.
Estos últimos dan algo de mala espina, eso de tener una cristalera delante y ver que nadie lo conduce me hacen pisotear el suelo cada vez que se aproxima a una curva buscando un freno que ,obviamente, nunca encontraré.

Volviendo a los rincones ocultos, tomamos una combinación de metros para llegar a la primera sorpresa del día: Canary Wharf.
Había oído hablar de este lugar, diciendo que es como una ciudad dentro de la ciudad, y esas voces no se equivocaban en absoluto.
Es el distrito financiero, donde las mayores empresas y la bolsa se encuentran, edificios altos no, lo siguiente, con cristaleras inmensas y lleno de gente con traje corriendo de un lado para otro mientras hablan con sus auriculares bluetooth (o blutaun, para quien lo entienda).
Es como salir por un momento de Londres para entrar a Wall Street sin tener que coger un avión, curioso cuanto menos.
Pero este no era el fin del viaje, sólo una simple curiosidad, ya que tras la segunda parte en DLR llegamos a nuestro destino: Greenwich.
Se trata de uno de los barrios del Sudeste londinense, el cual era un pueblo hasta hace unas décadas (Carabanchel remember...) y no puede negarlo, se respira ambiente de pueblo.
Hay dos cosas que visitar aquí, y una de ellas (el Cutty Shark) está en labores de restauración cubierto por una lona blanca, así que no había duda de por dónde empezar.
Estoy hablando de unos de los parques con la vista más bonita que he encontrado aquí, desbancando a Parliament Hill de la pole position.
Se trata de un parque muy grande con una colina en el medio, tras la subida uno se encuentra con el famoso observatorio y por supuesto con el mítico meridiano cero, desde donde se dirige la hora de todo el mundo, el primer vestigio del colonialismo inglés.
Pero si aparte de mirar esa placa metálica rodeada de relojes se ocurre la feliz idea de girar 180 grados se encuentra la vista más increible, la de toda la ciudad, el contraste de Canary Wharf con los barrios del Este, el Támesis, una ciudad que se extiende hasta más allá de lo que alcanza la vista en cualquier dirección, en resúmen es como ver el mar de la civilización.

Y si todo esto os ha gustado (cosa que espero) sabeis donde encontrarme para verlo con vuestros propios ojos (y al japonés tambien, of course).


Capítulo 2: Spanish & Russian party

Llegó la hora de hablar de este último fin de semana, donde las whiski´s nights han perdurado pero mejorando y añadiendo variedad, no caigamos en la monotonía.
Todo comenzó el viernes, cuando me encontraba viendo una película en mi habitación, sin mucho ánimo de tener una noche interesante, pero mis compañeros son una caja de sorpresas, se agardece.
Tras un grito proveniente del piso de abajo, diciéndome que bajara a saludar a una amiga de los rusos/letones/finlandeses (vaya mezcla, llamemosles "los nórdicos", como los edredores) y la yonkilata de rigor, puedo decir que empezó a aparecer gente llegando a haber cerca de 15 personas en nuestra zaburda particular (y después de este finde, con más razón).
No parece mucha gente pero si vierais el tamaño de la casa en cuestión os sorprenderiais, estoy seguro.
Esto era como la ONU, había gente de Finlandia, Bangladesh, Pakistán, Taiwán, Corea del Norte, Rusia, India, Inglaterra y yo como representación castellana.
¿Qué puede salir de esta mezcla tan variopinta? pues algo muy bueno, intercambio de culturas, música, drinking games y chupitos.
Hablando de los chupitos, aquí se les llama "shots" que es la misma palabra para definir un diparo de un arma de fuego, con los shots de los asiáticos cobra sentido el porqué.
Tras ver amanecer por primera vez en London, llegó el momento de retirarse (aguantando hasta el final) que el sábado prometía...

Y cumplió, sin duda alguna.
Todo comenzó con el amigo somoserrense y yo preparando una Spanish lunch que acabó siendo una Spanish dinner, cosas del directo.
Mañana/tarde realmente agradable de charla y fogones, amenizados con alguna que otra bebida, preparando este suculento menú:
Pan tumaca, Lomo, Queso, Croquetas, Tortillas de patatatas, Morcilla y Revuelto de morcilla.
Todo ello regado con Kalimotxo, hecho de vino del Sainsbury´s marca "Spanish wine", hecho en Murcia para más datos (¡Ostia pijo huevo!, no lo podía evitar).
Y con ello nos pusimos las botas, se echaba de menos, y disfrutaron tambien los nórdicos y el de Bangladesh (no sabe lo que se pierde con el cerdo...), aunque lo que más gustó fue lo que ellos llaman "Jamon Sandwiches", el pan tumaca vamos.
Y repentinamente, al igual que el día anterior, uno de los nórdicos recibe un mensaje al movil de la amiga rusa que decía, y cito traduciendo: ""Qué dirías si voy con 2 amigas y dos botellas de whiski a vuestra casa?".
Me miró y no hizo falta ni cruzar palabra, ambos sabíamos la respuesta correcta: "No se que haces que no estas aquí ya".
Fiesta la del Sábado menos multitudinaria, pero no por ello peor, 2 rusas, una de Kazajistán, los dos nórdicos, el de Bangladesh y yo, hasta ahí puedo (y quiero) leer, lo que pasa en la zaburda se queda en la zaburda.
Debo aprender ruso, que ser el único que no lo habla hace que no me entere de las conversaciones si no dicen una de las tres palabras que sé, un nuevo reto londoner.
Vimos amanecer una vez más y casi sin dormir a la barbacoa de los italianos, somos jóvenes aún podemos con esto.

Fin de semana duro (aún me sigo recuperando) pero muy agradable, me atrevería a decir que el mejor desde que llegué.
Unos llegan y otros se van, curiosa coincidencia.
Ese mismo Domingo recibimos la visita de otra somoserrense que aún sigue por aquí, y aunque la visita no es para mí directamente, me hizo la misma ilusión.
Ese mismo Domingo marchó a Suiza uno de los dos hermanos nórdicos, ha encontrado trabajo allí (uno muy bueno todo hay que decirlo), así que este finde ha sido una despedida por todo lo grande, si me lees y eres capaz de entender algo, ¡se te echa de menos tío! (We miss you man!) (по тебе скучает человек!).

Capítulo 3 (y último): Adelante y sin cabeza

El miedo a buscar lo que quiero es lo que me impide avanzar, pero esta vez no, esta vez me estoy lanzando al vacío y sin red, que sea lo que tenga que ser...
He emprendido un nuevo camino que no sé dónde me llevará, un camino que comprende un plan de acción del cual solo puedo controlar el primer paso, el paso que ya he completado.
A partir de ahora no depende de mí, quien no arriesga no gana y yo estoy cansado de perder.
Primer paso: Decisión
Segundo paso: Valoración
Tercer paso: Actitud
Cuarto paso: Demostración
Quinto y último paso: Resultado

Sé que suena misterioso, pero hasta que no llegue al último paso, o se eche todo a perder no avanzaré más, sólo las novedades del plan, cosa que reitero, ya no depende de mí.

Solo tengo una vida y no quiero vivirla sobre seguro, ya no.

Foto: Spanish lunch en la cocina de la zaburda
Sonando: Corrupto (Rhesus)